El castillo encantado ha dejado de ser un misterio, ya no me asustan los ruidos que me desperaban durante la noche, hacía frio y estaba sola,
''que idiotez''.
La música de las ventanas, y el crugido del parqué me recordaban que aún seguía soñando, y que mi castillo era mucho mejor de lo que yo imaginaba.
Pat.